lunes, 3 de diciembre de 2007

Patito feo: ¿la historia más linda?

Una escuela, un aula, una historia. “Chicas ¿qué pasa que no dejan participar en el grupo a Anto?”, pregunta la señorita; “Es que ella es una popular”, responden a coro; “¿Cómo?”, interroga una vez más la docente; “Sí, no es una divina como nosotras”, obtuvo a modo de cierre del breve diálogo.

Esto, más o menos así, sucedió días atrás en una escuela de Villa María y la cuestión entre divinas y populares viene a cuento de la serie de ficción Patito Feo, que en el cable puede verse por la tarde a través las frecuencias 12 (Canal 12 de Córdoba), 16 (Canal 13) y 2 (Disney Channel, que repite el mismo programa entrada la noche).

No hace falta ahondar demasiado para saber quiénes están de un lado y quiénes del otro, basta con echar a volar la imaginación, más aún si alguien en alguna oportunidad tuvo al menos la ocasión de ver uno de los avances del programa, donde la protagonista es una niña que lleva aparatos de ortodoncia, lentes anticuados, dos colitas onda Chilindrina y una ropa que no representa precisamente las de alguna marca conocida.

La historia, la serie, ha creado su merchandising y entre los productos que en particular las niñas consumen está la revista, donde en ella se afianzan los conceptos de divinas y populares que siguen a través de la pantalla.

Es ahí donde puede comprobarse que la historia inofensiva de la televisión no lo es tal; divina es ser egocéntrica – egoísta – celosa – envidiosa – materialista – mentirosa; popular, mientras tanto, implica ser responsable – justa - generosa – humilde – honesta – bondadosa; además, propone que las niñas se agrupen de acuerdo a estas cualidades y formen su grupo, con el espíritu de una “tribu” o “clan”, un fenómeno propio de individualismo a – social, cuando en realidad, de lo que se trata es de aprender a vivir juntos nuevamente[1].

Esta lista, presentada como cualidades (una palabra de connotación positiva sobre las características que distinguen a una persona), se extiende al aspecto físico, así las feas y gorditas ingresan al campo de las populares. Con todo lo que ello significa. Piénsese en futuros cuadros de discriminación, bulimia y anorexia.

Transmisión cultural

En la actualidad tanto en la TV como en Internet todo está disponible, donde el usuario decide qué quiere ver y cuándo quiere hacerlo, una demanda cultural en el mecanismo de los usuarios para la cual es necesario dominar los códigos de acceso a ese mundo.

En una sita de Tedesco en su libro Educación Popular Hoy menciona una reflexión de Jeremy Rifkin que viene a colación con el tema en cuestión “los productos culturales ya no valen por sí mismos (…) pierden su carácter de productos endógenos, pueden ser producidos en cualquier lugar y adquiridos en otros”. Precisamente accedemos a Patito Feo a través de Ideas del Sur (la productora de Marcelo Tinelli).

Los ’90, se sabe, produjeron muchos cambios en nuestro país y entre ellos en el seno de la familia, se rompieron viejos modelos. Los datos disponibles hablan de una ruptura de la familia nuclear (el ente de socialización primaria) por otras formas diversas; además surgió la necesidad económica de que todos los adultos saliesen a trabajar, quedando los niños a cargo de abuelos o niñeras.

Ello significó también que los espacios compartidos se redujeran a mínimas expresiones, habida cuenta que en el hogar cuando la familia está, los adultos ocupan su tiempo las tareas propias de la casa, quedando los niños solos frente al televisor, vulnerables y sin una lectura crítica de qué están viendo.

Las demandas, entonces, se centran muchas veces en la escuela, pero ella no puede por sí sola.

Para tener en cuenta

Veamos junto con nuestros hijos los dibujos animados Los Pibes de Barrios y Jimmy Neutrón, analizando el rol que los adultos ocupan en ambas tiras y su significación.

[1] TEDESCO, Juan Carlos. Ecuación Popular Hoy. Capital Intelectual (2005).

1 comentario:

Anónimo dijo...

El ser humano ha perdio el Norte. En este deambuar confuso estamos dando a nuestros hijos unos prototipos de conducta perversos, desgraciados, y sobre todo infelices. Sus heroes son jóvenes frustados, sin valores, que se dejan arrastran por pasiones muy primarias y que ya creiamos contraladas.
Sencillamente lamentable. ¿Por qué ofrecemos a nuestros hijos semejante basura?. Series com esta deberían estar totalmente prohibidas.