jueves, 13 de diciembre de 2007

Cuestión de poder

Cristina, Schiaretti y Accastello, en el correspondiente orden de jerarquías, ya están instalados en sus respectivos cargos. Todos ellos peronistas (¿qué es el peronismo?), pero con bases populares muy distintas y con un dilema por afrontar: la manera de ejercer el poder.

¿Por qué? Porque el respaldo de los votos no ha sido igual en los tres casos o, al menos, parecido.

Sin dudas la que menos problemas tendrá será la Primera Dama, que logró cooptar el tradicional voto peronista por fuera de las estructuras del PJ (en manos de los dinosaurios) y contra lo que suponía el establishment, ganó en la primera vuelta sin sobresaltos.

Accastello, que no logró las voluntades populares de otrora, tendrá en Raúl Costa a su principal opositor, pero éste se debate aún entre dar pelea por dentro o por fuera del partido, dudas que le permitirán al 'lord' ganar un tiempo precioso. De hecho ya lo hizo, logrando que el Concejo Delirante saliente le aprobara varias ordenanzas a su medida, algo que difícilmente pueda volver atrás el actual Deliberante (y, pregunto, ¿por qué no la Justicia?).

El que no tiene todas de su lado es Schiaretti. Juan se hizo cargo de un gobierno totalmente ilegitimo y desacreditado por las sospechas de fraude (recuerden Otto robó voto), con escaso respaldo popular y una amplia mayoría de la población hastiada del modelo delasotista de los últimos ocho años.

La retórica de anuncios y convocatorias a la hora de asumir no alcanzan a disipar los interrogantes que quedaron planteados después del 2S, sumando a ello que su declamado apoyo a Cristina se sostiene sobre un castillo de naipes, de hecho después de “su triunfo” sólo fue recibido por Néstor (el ex presidente), mientras que aún espera poder sentarse frente a Cristina (la presidente); se sabe de la importancia de la Nación en el apoyo ($) a las provincias; como así también la mayoría de los nombres del nuevo gabinete (sin villamarienses), que auguran una continuidad del modelo (puaj!!).

Si por poder entendemos la capacidad de A para que B haga algo ¿podrá Schiaretti ser ese A? Esta es una idea muy intuitiva de poder, puesto que hay otras dimensiones del término que entran en juego, hay perspectivas morales y políticas particulares que operan dentro de ellas, poder es una definición esencialmente valorativa, de ahí que uno se pregunte ¿qué poder tiene hoy Schiaretti en Córdoba para hacer una gobernación tranquila?

Porque poder, además, está asociado con el consenso y la autoridad, entendiéndose ésta como un acuerdo basado en la razón, razón que no pudo ser institucionalizada por las denuncias de fraude, por esa amarga sensación que quedó en el paladar de todos los ciudadanos que votaron en septiembre y sólo pudieron obtener como resultado un bochorno con todas sus letras.

Schiaretti deberá construir el poder en medio de un camino lleno de piedras, con la obligación de institucionalizar el poder entre docentes (los tiene abrochados con Grahovac) y los demás gremios estatales, con industriales, con el campo, con muchos sectores para movilizar adhesiones, para ser creíble, para dejar atrás esa pobra y pálida imagen que dejaron después de las elecciones.

Por ahora, luego de su triunfo dudoso de toda duda, lo único que hay son dudas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido pelado: No entedimos nada! Ahora llegó la etapa del consenso, del amor, sin rencores ...
Se hicieron buenos, democráticos, pluralistas, deshacen lo que " se hizo mal".Es tiempo de la equidad, del derrame,de la humanización de "la politique".
Somos unos tilingos no?
LO MEJOR ESTA POR VENIR, interesante slogan de una conocida película.. La Gran Estafa III.