domingo, 30 de noviembre de 2008

¿Habrá un New Deal argentino?

"...El New Deal de Roosevelt ofrece el camino más contundente utilizado en la década del 30 para salir de la crisis. El Estado sustituyó al mercado como el motor de la economía, con obras públicas, ampliación de la cobertura social, orientación del crédito, regulación del mercado laboral protegiendo a los trabajadores, fijación de precios máximos y control de la producción. En definitiva, el Estado asumió el manejo pleno de la economía sin depositar en el humor, confianza o especulación del mercado la salida de la crisis. El gasto público fue conducido en forma directa a la demanda, o sea a los bolsillos de la población vulnerable que destina todo el dinero al consumo y, por lo tanto, reactiva el circuito virtuoso de la producción y el crecimiento..." (1).

Y si después de tanto copiarles las recetas del FMI a los estadounidense y sus socios europeos, con los resultados que están a la vista, porque no intentamos algo parecido, pero en serio, no en discursos de ocasión.

El gobierno K ya hizo anuncios, entre ellos un importante plan de obras públicas, sólo le faltaría meter mano en el resto... Por ejemplo, ¿puede ser que el litro de leche esté cerca de los 4 pesos y que las usinas lácteas adelanten vacaciones o suspendan gente por sobrestock? Pongan la leche y el queso a un precio razonable, que se vende sola.

Como puede ser que después de años de acumular ganancias siderales las automocrices hoy suspendan o despidan personal para amortiguar los efectos de la crisis financiera mundial. El Estado debería obligarlos a repartir esos ingresos obtenidos ahora que han menguado, haciendo más equitativa la cuestión: si hay ganancias son nuestras, si hay perdidas de los obreros. Así no vale.

En Córdoba, la participación del Estado, en cambio, huele a favor de amigo, ya que destinará unos 400 pesos mensuales (en principio por dos meses, a cambio de... nada) para cada empleado de las automotrices asentadas en la provincia, al tiempo que dice no tener dinero para pagarle un aumento a sus propios empleados docentes y admitir publicamente el rojo de sus cuentas.

(1) Zaiat, Adolfo. Página 12, 30 de noviembre de 2008.

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