domingo, 7 de septiembre de 2008

La isla se hunde

El concepto o idea de "isla" en referencia a la provincia de Córdoba fue impulsado por Angeloz y la famosa "isla" terminó hundida en la más profunda de las crisis, pero como buenos argentinos que somos, ya que no vivimos en una isla, sino en una porción más del suelo de este bendito país, la memoria nos es frágil, levita constantemente y por eso, la historia se repite... Otra vez Córdoba ha tocado fondo.

Para colmo quien pretende arreglar el desastre es ni más ni menos que uno de los responsables del descalabro, amén de tener como triste antecedente haber llevado a la ruina una provincia vecina (Santiago del Estero) como interventor menemista: Juan Schiaretti.

Lo cierto es que la conducta del "Gringo" no deja de despertar sospechas, muchas sospechas, porque está llevando las cosas al terreno de una confrontación que ya pasó la línea de la cordura y se transformó en una provocación lisa y llanamente. Órdenes de detención para dirigientes gremiales, operativos en la madrugada de la Policía para llevarlas a cabo (tal como en la época de la dictadura; pensar que Schiaretti lloró cuando lo condenaron a Menéndez, aaahhh! no era de alegría, ahora caigo, fue bronca), acuerdos violados (no trasladar los presos a Bouwer), mesas de diálogos donde sólo se limitaron a prodigar agravios a los dirigentes gremiales, llevándolas al fracaso, etcétera, etcétera.

Entonces uno se pregunta ¿dónde va Schiaretti? ¿hacia qué lugar quiere llevar el conflicto con los empleados provinciales? ¿le achaca a la Nación culpas para tapar las propias? ¿si él puede poner presos a los dirigentes gremiales, quién pone entre rejas a los que fundieron la provincia, tomando créditos, créditos, créditos y más créditos para obra innecesarias o financiar deudas y empernando a generaciones de cordobeses? ¿es justa, entonces, la Justicia de Córdoba? ¿será cierto, nomás, esto de que lo que mal empieza (fraude electoral) mal acaba?

¿No era que la nevada apagó el incendio? Parece que no, aún queda fuego y en el (des)gobierno de Córdoba no tienen pinta de bomberos.

Envidia. "Le tengo un poquito de envidia a Brasil por su clase empresarial", dijo Cristina en el vecino país. Yo no... No le tengo poquito... ¡le tengo un montón de envidia! Ellos tienen una verdadera burguesía nacional.

Bardach. Georgina por ahora se merece el mayor de mis respetos, porque ha roto el molde de los deportistas que nunca se comprometen con nada y en cada ocasión, ante los micrófonos no tiene prúritos en hablar sin hipocresía, desnudando la triste realidad del deporte amateur argentino, es decir todo aquello que no es fútbol, básquet o tenis... Esperemos que con el tiempo no se transforme en otro 'Pichi' Campana.

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