martes, 10 de marzo de 2009

Tierra de nadie

Internet tiene esto bueno de ser un medio alternativo a través del cual puede circular información que en las empresas periodísticas no tiene espacio, pero a la vez esa cosa tan masiva admite la presencia de inescrupulosos que al amparo del anonimato “cuelgan” todo tipo de cosas en la red.


Así en los últimos días llegaron a mi correo varios PPS decididamente anti K, algunos originales, otros no tanto. Por ejemplo se han podido leer cuentos que circulaban en los ’90 a los que ahora en lugar de la palabra Menem… perdón, de la mala palabra Menem le pusieron Kirchner; textos en los que culpa absolutamente de todo al matrimonio conformado por Néstor y Kristina… si de todo: ferrocarrilles, educación, desindustrialización, el precio del dólar, la sequía y hasta la muerte del florista de Susana Giménez; hasta que finalmente llegó uno muy particular en el que se propone la pena de muerte (lo extraño es que a través de un contacto que me manda mails de ángeles, santos y vírgenes).

En principio uno puede o no estar de acuerdo con el contenido de los mismos (yo no y ya voy a decir por qué), le puede o no causar gracia, tal vez concuerde o disienta y se los puede leer con un sentido más o menos crítico.

En el segundo de los casos –menos crítico- lo leés, te apiolas y lo reenvias; en el primero de los casos –más crítico- lo leés y te preguntás de dónde salió, quién lo hizo y ante la ausencia de respuestas… cortás la cadena.

Entonces volvemos a la cuestión del anonimato, de esa cosa insustancial que cuelga en la red textos discursivos muy cuestionables, sin siquiera hacerse cargo de lo que se dice. Qué tal, por ejemplo, si quien se encarga de enviar un correo culpando a los K de la desindustrialización es alguien del menemismo o alguien que perteneció a los sectores que vivieron del sistema financiero en lo ’90 o el mismo Cavallo desde su oficina en la Fundación Mediterránea o el tipo que cerró su fábrica para apostar al dólar sin pensar en esos ciudadanos que dejaron de serlo, sin trabajo, sin esperanza, partiendo en la villa mientras ellos se iban al country.

Es preciso –muy a mi pesar- aclarar nuevamente que no comulgo con los Kirchner, fundamentalmente porque han utilizado un discurso con tintes de progresismo para un tibio reformismo (admito discusiones si son o no reformistas), pero lo digo y le pongo nombre y quien lo lea sabrá de donde salió, además, a la hora le “levantar” o “colgar” algo desde la web trato que sea de un sito confiable y conocido, en todo caso, de no serlo, busco en el ‘quienes somos’ que suele aparecer en las páginas… Todo lo demás es pura cobardía.

Y no vaya a ser que en esto de copiar y pegar al boleo, para el blog levanto algo de Rico o el absolutista de Accastello!!! ¡¡Vade retro!!

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