viernes, 8 de febrero de 2008

Un cuento de fútbol (2da. parte)

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2. Partir

Creí haber tocado el cielo con las manos. Te repito, en esa época no iban muchos a Buenos Aires y yo que había ido, quedé. Se lo dije con una alegría enorme a mis Viejos y no veía la hora en que llegara el día en que tenía que viajar. Me acuerdo que charlábamos bastante con mis Viejos sobre todo lo que significaba irse, pero yo no les daba ni cinco de pelotas, no veía la hora de irme. En esos días, creo, fue cuando empecé a dejar los libros. Estaba en cuarto año del secundario... Era un pendejo, tenía la cabeza en otra cosa, me imaginaba que iba a llegar, que iba con el fútbol iba a salvar a toda la familia y que no iba a tener necesidad de tener un estudio. Cosas de chicos. Después en Buenos Aires me anoté en un nocturno, pero duré un par de semanas y largué. Yo tenía la idea fija de jugar al fútbol, para mí todo era fútbol, fútbol y fútbol. Además llegué a la pensión del club que en esa época era como un hotel cinco estrellas. No nos faltaba nada. Nos daban las cuatro comidas diarias bien abundantes, televisión, calefacción en invierno y aire acondicionado en verano. Un lujo total. Y vivíamos en Caballito, en plena Capital Federal, que no es lo mismo que estar... Qué sé yo, en Avellaneda, por ejemplo. Ahí teníamos todo a mano, el club a dos pasos y a lo sumo una hora de viaje hasta Pontevedra, donde entrenábamos casi todos los días de la semana. Y eso lo valorábamos, porque veíamos a los otros pibes que se levantaban a las cinco de la mañana y se tomaban dos o tres urbanos para llegar hasta el club. Lo que era en esa época Ferro, no te imaginás. Estaba arriba en todos los deportes, ibas caminando entre la cancha de fútbol y la de básquet y te cruzabas con todo tipo de figuras. De vóley, de gimnasia, con los campeones de la Liga Nacional de básquet y con los vagos de primera que habían ganado el título del ’82, que yo los había visto en mi casa por la televisión.

2 comentarios:

RAULO dijo...

QUE BUENA ESA EXPERIENCIA. DEBE SER ALUCINANTE, FABULOSO.
RAULO

Anónimo dijo...

Muy bueno el cuento Marcelo!
Te hago una corrección, que espero no tomes a mal, es Eduardo Mignogna el autor de esa letra que canta Nebbia.
Un abrazo y, de nuevo, felicitaciones.
Totonet