sábado, 29 de marzo de 2008

Lindo para leer

Estimados amigos, subí algunas notas que me parecieron de los más interesante que leí en los últimos tiempos, algunas las bajé personalmente y otras me las hicieron llegar por mail gente bien querida, verdaderos compañeros/as... Los invito a leerlas, puesto que pueden llegar a ayudar para entender esta complicada situación en la que nos encontramos los argentinos.

¿Hay plan?


Escribe Claudio Lozano (*)

Definirnos sobre el conflicto agropecuario supone decir qué pensamos hoy de la situación del sector. Desde nuestro punto de vista el campo argentino actual poco tiene que ver con el que teníamos hace 20 años. Se ha impuesto un modelo de alta concentración y dependencia tecnológica asentado en una matriz productiva que abandonó la perspectiva de una producción centrada en el desarrollo de alimentos de gran cantidad y calidad, al tiempo que consolida la producción de forraje-barato (pasto - soja) para vender a China, India y a la Unión Europea, subsidiando la industrialización de estos países y paralizando la nuestra. Este proceso se hace a costa de debilitar la ganadería, la producción láctea, la porcina, frutal, ovina, hortícola y demás producciones regionales. Este modelo sojero además de romper la soberanía alimentaria de la Argentina, destruye puestos de trabajo y debilita a los pequeños y medianos productores ya que mientras la soja genera un puesto de trabajo cada 500 hectáreas, la economía familiar crea 35 puestos de trabajo cada 100 hectáreas. Situación que se empalma con el hecho de que la soja demanda más de 500 hectáreas para que una unidad productiva sea viable y autosuficiente. Es en este contexto de debilitamiento de los trabajadores del campo (el 70% está en negro) y de debilitamiento de la pequeña producción rural, que debe inscribirse el conflicto actual. Se expresa en él la bronca acumulada de los pequeños y medianos productores (los que efectivamente sostienen los cortes) frente a un gobierno que jamás reconoció su situación y que hace gala de un discurso perverso (incluso dice querer "desojizar" el campo) cuando en función de la construcción de su caja fiscal fue hasta hoy socio pasivo del "boom sojero" por la vía de las retenciones. La aplicación de retenciones en el marco de un Plan Nacional de Desarrollo Agropecuario que reoriente el destino del campo en función de profundizar la agregación de valor, generar empleo, repoblar el país, aumentar el número de productores, facilitar el acceso a la tierra, reforestar lo devastado, sanear las áreas infectadas por agrotoxinas y transgénicos y devolverle las tierras robadas a los pueblos originarios, tiene sentido. Profundizar el uso de las retenciones sin un plan, produce lo que hoy estamos viviendo. Conduce a que los productores más débiles vivan como única alternativa la mejora del precio internacional, y perciban a las retenciones como una creciente confiscación. Si es caro acceder a más tierras, si son caros los insumos, si los discriminan tecnológicamente y en materia de crédito, su único oxígeno es el precio. En suma, la política irresponsable del Gobierno nacional de contentarse con su socio del boom sojero ha terminado emblocando a los pequeños y medianos productores en el cuestionamiento a las retenciones junto a los beneficiarios y promotores del lamentable modelo sojero adoptado por la Argentina. Las retenciones no son el problema. Es más, aún con ellas, las utilidades por hectáreas crecen, ya que los precios internacionales crecieron más. Menos aun son un problema las retenciones móviles (suben o bajan según se comporten los precios internacionales) y que discriminan en contra de la soja y a favor del maíz y el trigo. Las retenciones son necesarias, ya que permiten captar la ganancia diferencial que surge como resultado de la suba de los precios internacionales (no del esfuerzo del productor), y posibilitan diferenciar entre precios internos e internacionales. No obstante, tienen el límite de ser un instrumento único que opera sobre una cadena de producción y comercialización donde priman las diferencias y las heterogenidades. Diferencias que exigen mas instrumentos y nuevas herramientas (junta de carnes, de granos, de producciones regionales, etcétera). Por ende, solo son sustentables en base a un plan que replantee el uso y tenencia de la tierra, haciendo consistente el desarrollo del sector agropecuario con las necesidades del conjunto de los argentinos.

(*) Diputado Nacional Mesa Nacional CTA

Amigos y enemigos

Maximiliano Montenegro (*)

A fines del año pasado la Federación Agraria (FAA) había acercado la propuesta de retenciones segmentadas, con alícuotas de 50% para los establecimientos sojeros de más de 1.000 hectáreas y de entre 15% y 20% para los de menor tamaño. De las 74.115 explotaciones registradas en la venta de soja, sólo el 4% de los establecientos acaparó el 60% de la última cosecha. El esquema redundaba en una recaudación adicional de 300 millones de dólares frente a la alícuota generalizada del 35%, previa al último aumento. Como se dijo en esta columna, el gobierno de Cristina archivó la propuesta. La federación encabezada por Eduardo Buzzi también solicitaba la puesta en marcha de la Subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar, anunciada hace seis meses, con un presupuesto de 400 millones para la diversificación de cultivos. En aquel entonces no había costo fiscal alguno porque los subsidios eran menos de la mitad de lo que ingresaba al erario con el esquema de retenciones segmentadas.

El Gobierno se niega a diferenciar la tasa de retenciones con el argumento de que generaría evasión, a través de la subdivisión de parcelas propias y/o arrendamientos. Desde la federación responden que es cuestión de reforzar controles, cruzar datos e instrumentar una liquidación integral de impuestos.

Los reintegros que ofreció el Gobierno para compensar a los chacareros por la suba de retenciones son lo mismo, pero con otro nombre. Por una ventanilla se les cobra la retención, por la otra se la devuelven. Aunque todavía no estaba definida la letra fina, ni el porcentaje del reintegro, las cifras de las compensaciones no son relevantes para el erario. Si por pequeña explotación se entiende a los establecimientos de menos de 100 hectáreas, uno de los borradores mencionaba un monto de 500 millones de pesos. Una porción frente a lo que recaudará el Estado con el nuevo esquema de retenciones móviles: según el cálculo “conservador” del Ministerio de Economía, reportará unos 3.200 millones de pesos adicionales al año mientras que la estimación de las consultoras privadas ronda entre 7.500 y 8.000 millones.

Anoche, después de la reunión con las cuatro entidades del agro, Alberto Fernández dejó en claro que el esquema de retenciones móviles no se modificará. Pero dijo que se evaluaban medidas para garantizar “la rentabilidad de los pequeños productores”, palabras que repitió unas diez veces. No quizo adelantar cuál será el mecanismo de compensación, lo cual debería definirse en la reunión del próximo lunes. En la madrugada de hoy nadie sabía cuál será la reacción de los ruralistas que todavía permanecían en las rutas. Muchos temían otro fin de semana de protestas en el interior del país.

Un gobierno con las arcas desbordantes, que no titubea en otorgar millonarios subsidios a grandes empresas, ¿por qué no negoció antes de anunciar las retenciones móviles con la Federación Agraria? ¿Por qué no cerró filas con la única entidad que defiende las retenciones y una mayor intervención del Estado para frenar la concentración de la tierra? ¿Por qué no aisló desde el principio a la Sociedad Rural, identificable con la “oligarquía terrateniente” y a CRA (CARBAP), que enarbola un antikirchnerismo a ultranza? ¿Por qué dejó a Buzzi sin otra salida que ponerse al frente de la protesta para no ser barrido por sus representados?

Asado. Meses atrás el titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, comió un asado en casa de Luis D’Elía. Con el cordero adobado por el anfitrión, festejaron el cumpleaños de un dirigente de la FAA junto a otros militantes K. ¿Los cómplices de la oligarquía cenando en casa del piquetero favorito de la Casa Rosada? No hay mejor foto para corroborar que el desencuentro de estas dos semanas no fue un problema de afinidad ideológica ni de distanciamientos personales.

Ley del embudo. Un funcionario que conoce a la perfección las entrañas de la administración K asegura que el problema fue una mezcla de “torpeza política” y de parálisis en la gestión. Según esa versión, en los últimos meses Buzzi visitó los despachos oficiales en varias oportunidades. Pero, como todas las decisiones del gobierno de Cristina terminan en el “embudo” de la Jefatura de Gabinete, las conversaciones quedaron en la nada. Alberto Fernández es quien decide desde conceder una entrevista periodística a un ministro hasta las grandes definiciones de Estado, desde la designación de un gerente en el PAMI hasta el rumbo de las relaciones con Brasil. “Salvo Moreno, ningún funcionario tiene poder de decisión, y las carpetas se acumulan en el despacho de Alberto”, cuenta la fuente.

Alianzas. Otros creen que el problema es un poquito más complejo. Cuestionan las alianzas que teje el Gobierno en el universo empresarial. Se sorprenden de los errores a la hora de identificar entre amigos y enemigos. “La UIA y la Sociedad Rural apoyaron todas las dictaduras. Pero tanto en la industria como en el campo tenés potenciales aliados. El problema es saber elegirlos”, razona un economista K.El matrimonio Kirchner nunca buscó reconstruir una CGE de pequeñas y medianas empresas. En cambio, prefiere manejarse con la UIA, hoy conducida por interlocutores afines al Gobierno, pero donde el poder real lo tuvieron siempre grandes grupos como Techint, Ledesma o Arcor. El jueves, después del discurso de 34 puntos de rating en Parque Norte, Cristina se reunió con la cúpula de la Unión Industrial para demostrar que sus respaldos en la pulseada con el campo no eran sólo políticos.“No entienden quiénes son cada uno. Hoy banqueros, constructores, empresas alimentarias hablan con Julio (De Vido) y le dicen que sí, porque tienen miedo. Pero cuando encuentren una rendija de debilidad, te empujan al precipicio”, insiste la fuente.

Las espadas mediáticas del kirchnerismo demonizaron a Buzzi, a quien acusaron de haber saltado a los brazos de una oligarquía golpista que –en el imaginario oficial– desafiaba a todo el sistema político. Fue el antológico discurso que articuló Cristina el martes, cuando disparó contra las 4 x 4 del campo, sin distinciones.

Esa oligarquía existe. Es difícil saber si es menos democrática que los socios empresarios del Gobierno. Pero en su gran mayoría no eran los chacareros que cortaron las rutas. A propósito, Luciano Miguens, el titular de la Sociedad Rural, fue el dirigente con más diálogo en estas dos semanas con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Y hace días que buscaba una tregua preocupado, como muchos de los ganaderos de la Rural, por que se reabriera el registro de exportaciones de carne. La miopía para segmentar y tenderles una mano a los aliados que pueden compartir algo más que la billetera es un sello K. También lo es avanzar como tromba una vez identificado el supuesto enemigo, sin reparar en costos políticos e institucionales. Ni en daños económicos: con el desabastecimiento, los precios tomaron nuevo envión. Más allá de la promesa de los súper, el riesgo es que, una vez normalizada la cadena de comercialización, se estabilicen en un escalón más alto.

El revés del discurso. La alianzas del Gobierno en el sector alimentario son otro buen ejemplo de pragmatismo, despojado no sólo de ideología sino también de un plan agropecuario. Cierra trato con las cerealeras multinacionales y un puñado de molinos harineros, que se quedan con parte de la renta de miles de productores trigueros. Socorre a las dos empresas que concentran el mercado lácteo y desatiende a miles de tamberos que resisten frente a la soja. Pide ayuda a los grandes frigoríficos exportadores, que aprovechan las bajas del ganado en Liniers, que no llegan a los mostradores para ampliar sus márgenes de ganancia. Se apoya en cuatro supermercados y un selecto club de empresas alimentarias que acaparan desde el mercado de galletitas y yogures hasta el de la cerveza. Y, en lugar de preguntarse si esos mercados oligopólicos no serán parte del problema, los fortalece. Según un estudio de la consultora Ecolatina, durante el último año, el Gobierno distribuyó 1.502 millones de pesos en subsidios a la agroindustria, a cambio de mantener los precios de algunos productos esenciales. Cinco molinos recibieron la mayor parte de los 366 millones derivados al sector; las dos lácteas (Sancor y Mastellone), otros 319 millones; las aceiteras (destacándose por lejos General Deheza, del senador Roberto Urquía), 279 millones, y un grupo de compañías faenadoras de pollos, 250 millones. En veinte empresas se concentra el 81% del total de subsidios. El resto se repartió entre tamberos (6% del total), chacareros del trigo (5,9%) y los establecimientos de engorde vacuno en corral (4,6%).

Para un gobierno que pretende diversificar la producción agrícola, la asignación no parece muy equilibrada. De más está decir que en cada una de las agroindustrias subvencionadas los precios aumentaron casi tan rápido como los desembolsos estatales. La cuenta se acrecienta velozmente porque todos los días aparecen en el Boletín Oficial nuevos pagos.

(*) Diario Crítica 29/03/2008

miércoles, 26 de marzo de 2008

La posición de la CTA

La Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) se manifiesta a favor de las retenciones como mecanismo redistributivo que captura una parte de las extraordinarias ganancias de los sectores concentrados del capital agropecuario, representados por la Sociedad Rural y CRA. Además, sostiene que si bien es cierto que su no existencia implicaría valores más altos para la canasta alimentaria, haciéndola absolutamente inaccesible para la familia de los trabajadores, su sola presencia, sin la reconstrucción de organismos de regulación e intervención estatal, (como por ejemplo Junta de Granos, Junta de Carnes, etc.), limita sus efectos en materia redistributiva e impide frenar la suba de los alimentos.

La Central de Trabajadores de la Argentina expresó su reclamo al Gobierno para que definiera políticas que protejan a los pequeños productores, a las familias agricultoras y a los trabajadores rurales. Este reclamo sigue siendo una asignatura pendiente más allá de la justicia de la aplicación de las retenciones. No se puede aplicar políticas uniformes para los que son desiguales.

La CTA viene reclamando desde la propuesta de la Paritaria Social una amplia convocatoria a los sectores populares para discutir y definir políticas de distribución de la riqueza y un nuevo modelo productivo para la ciudad y el campo que le ponga freno a la concentración económica y a la depredación de los recursos naturales.

Es imprescindible que desde el Gobierno se promueva una instancia de diálogo con las entidades representativas de los pequeños y medianos productores, (Federación Agraria Argentina- FAA, Movimiento Campesino de Santiago del Estero- MoCaSE, cooperativas de productores, y otras) para concertar políticas que puedan resolver sus problemáticas específicas, cerrándole el paso de este modo a quienes pretendan utilizar este conflicto en función de intereses sectoriales antipopulares.

La CTA rechaza terminantemente cualquier intento de desestabilización institucional.

Hugo Yasky
Secretario General

Pedro Wasiejko Pablo Micheli
Secretario General Adjunto Secretario General Adjunto

La Plaza de las Trillizas de Oro

Por Sandra Russo*

Hace rato que el campo seduce a la ciudad, tanto como la ciudad seduce al campo. “Yo estoy con el campo”, se leía ayer en las pancartas cuadraditas que exhibían jóvenes de look Cardon, una marca que, dicho sea de paso, tiene en Palermo su “torre rural”. Parece una bizarrada argentina, y acaso lo sea, pero en el sitio web de la marca que impuso la ropa de estancia entre jóvenes y adultos que de estancieros tienen poco, se indica que sus emprendimientos inmobiliarios se originaron en el deseo de que la gente del campo “se sienta en la ciudad como en su casa”.
Algunos barrios de esta ciudad, anoche, estuvieron con el campo, aunque no se sepa muy bien cuál es el lazo que se estrecha, más allá del espanto que los une, y que es el gobierno kirchnerista. Iba a pasar tarde o temprano, pero seguro iba a pasar ante alguna señal concreta de que había llegado la hora de redistribuir un poco, un poquito, algo de lo que tienen y nunca en la historia han cedido de buena fe o buena gana.
Las Trillizas de Oro lo supieron antes que muchos, y por eso hicieron buenos matrimonios: acabado hace rato su cuarto de hora, las chicas fueron noticia solamente porque las tres eligieron casarse con polistas. Hay un glamour polista que recoge cierta muchachada bilingüe, un toque de distinción en alpargatas, un manierismo de mate con la peonada, un aire de familia numerosa y divina que aunque argentina, es rubia y fina. La base social y cultural del nicho citadino que no tiene empacho en arrebatarles a los piqueteros sus piquetes y que desembarcó en las calles con entusiasmo de debutante, encanto del polista.
A propósito, el lunes 24 me equivoqué de marcha, y en lugar de ir a la de los organismos de derechos humanos aterricé en la de las agrupaciones de izquierda. Quien se atuviera a lo que allí se megafoneaba, jamás hubiese comprendido este país, que un día después, un solo día, ofreció en el mismo escenario el espectáculo del sector agropecuario forzando rebelión en la granja.
A pesar del arrebato con el que estas líneas están siendo escritas, hay al menos un par de cosas claras. Quien votó a Cristina Kirchner se presume que votó algo parecido a lo que pasa. Medidas que redistribuyan riqueza. ¿Por qué hasta ahora no se tomaron medidas como éstas? Porque medidas como éstas no son gratis. Porque la riqueza no se suelta. Porque no hay lógica ni ideología capaces de arrancarle a un sector privilegiado algo de lo que tiene. Porque a la redistribución de la riqueza hay que acompañarla y sostenerla y defenderla de la reacción que provoca. Porque para acompañar un proceso de redistribución de recursos y de asignación de torta hay que hablar claro, tener coraje y poner el cuerpo y la cabeza a favor de ese cambio. Porque es más fácil, desde un progresismo previsible, rancio y fofo, seguir boludeando con el bótox o las carteras de la Presidenta.
Hoy hay miles de personas en las calles con pancartitas que dicen “Yo estoy con el campo”, sin que eso signifique otra cosa que estar en contra de este gobierno y de las medidas que pueden rozarles las ganancias. Así ha sido siempre. Siempre han estado a favor de quien les done favores y en contra de quien se los recorte. No los mueve nada más que el bolsillo. No hay otra ideología que el bolsillo, aunque usen alpargatas y salgan de padrinos del hijo de un peón.

* Página 12 - 27/03/2008

martes, 25 de marzo de 2008

¡¡¡GORILAS EN LA NIEBLA... Y EL HORIZONTE!!!

Veo las imágenes por TV y recuerdo una célebre frase de José Pablo Feinmann de que los porteños "son fascistas", a que otros podría ocurrírseles cantar el Plaza e Mayo "si este no es el pueblo el pueblo donde está"... ¿quién sería el pueblo, la Sociedad Rural, los Alchouron, los Martínez de Hoz? ¿quién sería el pueblo la CARBAP, Coninagro? ¿en que parte del pueblo están ellos que ni bien se terminó el corralito se olvidaron de las asambleas barriales volvieron a los shopings y se fueron a veranear a Mar del Plata? ¡GORILAS! ¡GORILAS!

Y no puedo dejar de estar triste al ver imágenes de estudiantes de Ciencias Agrarias procupados por su futuro... la puta madre si hicieron bien su trabajo los milicos en el '76, se llevaron lo mejor de una generación y nos dejaron esto. ¿Dónde estarían aquellos jóvenes hoy? Mierda que se los extraña, ellos se jugaron la vida por el futuro del país mientras los universitarios de la actualidad están preocupados sólo por sí mismos... Primero yo, después yo y luego yo...

¿Qué es esto sino un GOLPE DE ESTADO? ¿Por qué no dejan llegar a la ciudad al camión que trae la leche para mi hijo? Somos rehenes del campo, de los sectores más reaccionarios del campo, de los que desde 1880 vienen preocupados sólo por sus intereses, olvidándose del conjunto de la sociedad, del resto del país y cuando se las vieron 'fiera' dieron golpes de Estado, como en el '76... SON PATETICOS... Son los mismos que pedían la Gendermería para que sacara de las rutas a los piqueteros / desocupados porque ellos no podían sacar sus productos del campo a la ciudad. ¿Y ahora qué?

¿Qué es el desabastecimiento producido por ellos sino un GOLPE DE ESTADO?

DEVUELVANLE LAS RETENCIONES, QUE SE LAS PIERDAN EN EL C..., PERO QUE PAGUEN GANANCIAS COMO EN LOS PAÍSES DEL PRIMER MUNDO, QUE PAGUEN POR LA TIERRA LOS IMPUESTOS CORRESPONDIENTES, QUE EN CÓRDOBA SE DEROGUE EL 30 % QUE REGALÓ DE LA SOTA Y SÓLO BENEFICIÓ A LOS GRANDES TERRATENIENTES, QUE TRIBUTEN COMO CORRESPONDE POR EL CONSUMO, LA OSTENTACIÓN Y LA OPULENCIA...

¡Bah! Estoy con bronca, con mucha bronca y me jode el GORILISMO me jode, porque todo está guardado en la memoria y no me olvido donde estuvo la Sociedad Rural en el '76, no me olvido donde y como estuvo el campo en los noventa...

Puede o no haber gustado el discurso de Cristina, pero me pareció brillante: "el piquete de la abundancia".

Estoy escribiendo con bronca y eso no es bueno CHAU y cuidemos la democracia de los gorilas y golpistas que se ven en el horizonte.

Martes 25 de marzo de 2008

La memoria

lunes, 24 de marzo de 2008

NI OLVIDO NI PERDON

¿De cuánto hablamos?

Estimados lectores acá les preparé este infográfico como para apreciar de cuánto están hablando las instituciones que impulsaron el paro del campo o los piquetes en las rutas. ¡¿quién lo diría?! Hoy piqueteros, con todo lo que cuestionaron y criticaron a los piqueteros originales, los desocupados, los que se quedaron sin trabajo y peleaban por $150 para poder subsistir... Ah! Es preciso aclarar que los piquetes, como tales, nacieron en el sur de nuestro país cuando los obreros de YPF defendían nada más y nada menos que una de las empresas más rentables del Estado... todos callaron por aquellos años del apogeo menemista.

Por cierto, si una hectárea de soja rinde 1.826 pesos, quiere decir que 50 ha rinden $91.300, 100 ha = 182.600, 1000 ha = $ 1.826.000... etcétera, etcétera... ¿Les alcanzará para cubrir el costo de la canasta básica?

¿Cuánto gana un maestro? Según el último acuerdo firmado con el Gobierno y CTERA, un docente que recién se inicia en el nivel primario cobra $ 1.300 (aproximadamente y con incentivo incluido), lo que hace un ingreso aunual de $15.600... Obvio que no alcanza para comprar una 4x4, sólo una moto de 110cc en las cómodas cuotas que hoy ofrecen.

No crean que son todos palos para el campo, algún día me gustaría que CFK abra la caja y que los 50 mil millones que tiene guadados los distribuya como corresponde, en obras, en la generación de trabajo, en más educación, en más y mejores servicios de salud, para que ARGENTINA SEA UN PAIS MAS JUSTO E IGUALITARIO, PARA QUE NO HAYA MAS CHICOS DESNUTRIDOS (como en La Calera... o en algunos de los barrios periféricos de Villa María y Villa Nueva, ciudades donde no hay estudios sobre el tema), PARA QUE NO HAYA MAS NECESIDADES INSATISFECHAS, POR LA DIGNIDAD DE LAS PERSONAS QUE TODOS LOS DIAS SALEN A TRABAJAR.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Carta abierta al gobernador de Córdoba

Martes 18 de marzo de 2008, por Camilo Rodríguez *

Señor gobernador Juan Schiaretti. Con todo respeto le escribo esperando le lleguen mis palabras de ciudadano peticionándole seriedad y sensibilidad social para tratar el tema de la Caja de Jubilaciones de la Provincia de Córdoba.
*Secretario General de la CTA Villa María, Córdoba.
Tengo que decirle que me resulta sorprendente verlo opinar como si fuera un recién llegado a la estructura del gobierno provincial. Cualquier distraído podría pensar que no ha tenido nada ver con los desmanejos en la Caja.
Si se lo escucha sin sentido crítico, hasta podría creerse que no tiene responsabilidad en la estafa que varios intendentes municipales le perpetran a la Caja Provincial. O cómo le llamaría usted al hecho de que muchos municipios del interior provincial mientan la relación laboral que mantienen con sus empleados haciendo que figuren como prestadores de servicios, es decir “facturantes”.
Ni los trabajadores jubilados, como tampoco los activos que aportan a la Caja nos merecemos que se hable de reforma al sistema, de rebajas en el haber jubilatorio o de la desaparición de la movilidad.
Es más, esas alternativas no sólo ponen en claro una insensibilidad social, sino que también señalan que usted no ha pensado en hacer cumplir la ley.
Le pongo por ejemplo el caso de Villa María. Aquí el intendente mantiene ciento de “facturantes”, que no son otra cosa que trabajadores a los que no les reconoce su relación laboral y, en consecuencia, no les realiza los aportes jubilatorios correspondientes.
No sé cómo podrá usted explicar esto. Son intendentes con los cuales llega a muchos acuerdos, pero no le veo acodar que cumplan con la ley y pongan a esos trabajadores en planta permanente y, de esa manera, puedan realizar sus aportes jubilatorios como corresponde. Porque, hay que darse cuenta que no solo se trata de un fraude al trabajador, también es fraude a la Caja Provincial.
Por esto, si usted quiere discutir temas referidos a la Caja, creo que estamos los trabajadores en posibilidad de discutir lo que hay que discutir y no el planteo del ajuste que está pretendiendo hacer. Es claro que hay que elevar el haber mínimo de las jubilaciones provinciales.
Diga usted porqué permite trabajadores estatales en negro, exponiéndolos a los caprichos de los funcionarios de turno que, de manera constante, violan derechos fundamentales de los mismos al cometer despidos arbitrarios, acción que es contraria a lo establecido en la Constitución Nacional y los tratados internacionales por derechos humanos que ha firmado nuestro país.
Incluso, si quiere discutir en serio acerca de la jubilaciones provinciales, podemos poner sobre la mesa el tema de la jubilaciones de privilegio que cobran algunos políticos que han aportado uno pocos años a la Caja estatal.
Como usted podrá notar, en mi calidad de ciudadano, humildemente le peticiono claridad, seriedad y responsabilidad a la hora de tratar un tema tan sensible como el de las jubilaciones.
Y que el hilo no se corte por lo más débil, es decir aplicándole el ajuste a los jubilados. Anímese y hágales cumplir la ley a los intendentes, no deje que sigan violando derechos fundamentales de los trabajadores, revise las jubilaciones de privilegio y abandone las recetas neoliberales.
Sin otro particular, le saludo atte.

* Secretario General de la CTA Villa María

martes, 11 de marzo de 2008

El asadito pronto será un lindo recuerdo

Después de algunos días ocupado en otros menesteres, acá vuelvo a volcar unas líneas en el blog y las mismas están cargadas de indignación, porque en este bendito país resulta difícil ser trabajador y no morir en el intento... bah! Es decir, hay cosas que uno no logra entender, si estamos en una nueva versión de Volver al Futuro o es cierto que ingresamos al Siglo XXI.

Me cuestiono esto porque hay pasajes de la realidad que se parecen demasiado a los de 1880, esa 'notable' generación de conservadores y oligarquas que sentó las bases de este desigual país, es decir, como en la perinola, tomaron todo y no dejaron nada para ellos. Digo esto en virtud de la voracidad que sigue mostrando la clase agro ganadera o como se entiende que por estos días el kilo de carne esté rondando los $ 20 (sí, veinte pesos), buen precio para exportar, lindo para conseguir un buen corned beef argentino en Europa u otra parte del mundo... la lechuga a cino mangos... el aceite... éste no tiene precio, porque directamente no se consigue.

Ellos en su avaricia sólo pretenden exportar, el Gobierno pretende que exporten para retenerles y engrosar las reservas (sin distribuir esa fabulosa renta) y los trabajadores... bien, gracias.

Además, es en estas situaciones donde queda más en evidencia el papel agroexportador que le dibujaron a este país hacia fines del Siglo XIX y principios del XX, entre 120 y 100 años después aún seguimos igual; decía, entonces, la falta de un desarrollo industrial, la carencia de políticas impulsadas hacia el desarrollo de la educación y su eslabón más avanzado, la ciencia.

¿Dentro de los treinta o cuarenta años venideros (que es lo que espero vivir) tendré la oportunidad de ver un país de verdad? A la luz de los hechos, si de la Generación del '80 a esta parte poco ha cambiado, que poca esperanza me queda.

Coincidencias K

No se sorprenda, espere... “No hay peor educación que la que no se imparte", quién no puede coincidir con la Presidente! "Queremos la escuela pública abierta todos los días para los hijos del pueblo”, enfatizó Kristina... quién no esté de acuerdo con esto que levante la mano... y después vino el apriete cuando dijo "el sector docente se comprometió a cumplir con los 180 días de clases luego del acuerdo con el Estado que les aumenta el salario en un 24%, lo que les permite llegar a un mínimo de 1.290 pesos"... GUAUUUUU QUE BARBARIDAD, QUÉ SUELDAZO PARA TODOS AQUELLOS QUE DEBEN EDUCAR A LOS HIJOS DEL PUEBLO.

Sin dudas es retórica e hipocresía pura (la misma que tienen los políticos de acá que andan como las chicas del cabaret, de mesa en mesa, un ratito aquí y otro más allá). Bien podría la Presidente decirnos a los docentes, de Salta a Tierra del Fuego como se hace para llegar a fin de mes con el asado al precio que tiene, con la lechuga por las nubes, con el aceite, etcétera, etcétera... Ah! me olvidaba con el cable de 85 mangos ¡¡sube todos los meses y nosotros no decimos nada, no somos capaces de armar una asociación de consumidores para chillar!!

No es la primera vez que Kristina se despacha con reproches para los docentes (los tiene entre ceja y ceja postisa), en oportunidad de reunirse con los dirigentes de las CTA les echó en cara la cantidad de paros que hubo durante el 2007, indicando que fue el sector que más aumentos recibió desde que los K están allá arriba... Puede que sea cierto, como lo es también que un 19% en el salario de un docente no representa lo mismo que el 19% alcanzado por Moyano para los camioneros. Tá claro...

Y por otro lado, es preciso recordarle a la señora que la Educación fue el sector más postergado durante la década del ´90, donde a los "innombrables" neoliberales del PJ poco les importaba tener un pueblo culto y educado.

Los docentes siguen estando abajo, muy abajo en la escala de salarios de nuestro país y encima, con la inflación que hay (no la del INDEC, tá claro), quiere Kristina que se queden (nos quedemos) callados, por favor.